Ser.
Cuando tenía 15 años alguien me dijo que estaba loca... había escuchado ese término demasiadas veces, pero jamás me había afectado como aquella noche. ¿Sabes por qué? Porque quien lo dijo me conocía, y no conocer como estamos acostumbrados con cualquiera, me conocía más que nadie. Esa noche lloré, lloré por primera vez deseando no ser como soy. Imagine infinitamente cómo serían las cosas si no fuese así, como sería si fuera otra mujer. Entonces nació mi curiosidad por mirarlas, a ellas, a las demás, ver sus comportamientos, oír sus palabras, leer sus letras, observando sus intereses. Simplemente jamás podría ser como ellas. No, yo no podría emocionarme más por unos zapatos que por un arranque de diversión, y... ¿sabes? Desde aquella vez me juré no fallarme, hacer, decir y ser como realmente me nace del alma, sin importarme con qué ojos me miren, he aprendido que, quien me ame, no me juzgará ni mucho menos se burlará de mis ideas, de mis sentimientos y de mis abruptos. Te agradezco que seas tú quien me escuche ahora. Aunque seas uno más de mis fantasmas.
Iliana Cobian
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