-¿Qué?
-¿Cómo se rompe un corazón?
-El corazón no se puede romper, tonta.
-Sí, si se rompe, por eso mamá murió, su corazón se rompió.
-Mamá no murió por eso, ella simplemente no despertó.
-Y no despertó porque su corazón se rompió.
-¿De donde sacas esa tontería?
-Lo escuché.
-¿Quien dijo?
-La monja, ella dijo: la madre de esas niñas seguiría viva de no ser que le rompieron el corazón. Lorena, debemos encontrar quien le rompió el corazón a mamá.
-Deja de escuchar detrás de la puerta Jai.
-Y si quien le rompió el corazón a mamá quiere hacerlo con nosotras también, debemos investigar.
-Pues no tengo idea de quién lo haya hecho.
-Tengo miedo.
-¿Por qué tienes miedo?
-Que el rompedor de corazones me rompa el mío.
-Bueno, hagamos algo ¿vale?
-Sí.
-¿Ves esta caja?
-Mjum.
-Para que nadie te rompa el corazón, lo guardaras ahí.
-¿Y como lo voy a guardar? Si mi corazón está dentro mío.
-Yo te lo voy a sacar.
-¡Me va a doler Lorena!
-No, tranquila. Cierra los ojos y cuenta hasta diez.
-Con cuidado...
-¿Sientes?
-No.
-Ya estoy metiendo mis manos, no abras los ojos.... va saliendo poco a poco.
-¿Cómo es?
-Grande y rojo.
-¿Puedo verlo?
-No.... es peligroso que veas tu propio corazón. Ahora lo guardaré en la caja. Listo ya puedes abrir tus ojos Jai.
-¿Está en esa caja?
-Si Jai, ahí está tu corazón. Guárdala y no la abras. Serás tú la única quién cuidará de el.
-Está bien Lorena, lo haré.
Iliana Cobian
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