El mayor de mis lecciones
Esa noche, no dormimos. Sentados en la cama, acompañados del silencio de la noche, te conté mis errores y cuánto estaba dispuesta a luchar por los dos. Me tomaste de la mano y dijiste que no ibas a permitir que terminará lo nuestro, que el pasado había sido aprendizaje para ambos, que me aceptabas tal cual.
Sin imaginar que poco tiempo después también te volverías pasado, y con ello, el mayor de mis lecciones.
Iliana Cobian
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