lunes, 2 de noviembre de 2015
Mi ángel
Jamás pensé tener un ángel. Hasta que lo conocí.
De carne y hueso, estatura media, Como cualquier humano. Solo con un rasgo particular...sus ojos, sus ojos eran de agua... enormes, brillantes y a la vez cristalinos. Cada que me acercaba a él podía verme reflejada en ellos. Eso llamaba mi atención, entonces pasaba horas frente a su mirada. Me gustaba verme través de él. Perfecta, sin defectos. Feliz.
Cuando descubrí que era mi ángel, me sentí bien. Un tanto invencible, ¿Qué puede pasarme cuando alguien cuida tan bien de mi?
Todos sus actos estaban llenos de amor, de ese amor puro, que es imposible no diferenciarlo del resto. Cada que me miraba triste, sacaba uno de sus dones y lograba arrancarme una sonrisa. Cuando no tuve que comer, me ofreció de su plato, aunque el quedará sin nada, vacío. ¡Era mi ángel!
Compartimos bastante nuestros mundos, teníamos demasiado en común. Él un tanto místico y yo demasiada humana. Me enseñó a ver la vida a través de sus ojos, sin intereses materiales. Aprendí sus mejores trucos.
Pasó el tiempo y fiel a mi naturaleza, me cansé de sus cuidados. Me sentí atrapada en su burbuja, donde nadie podía entrar ni salir, con temor a que me sucediera algo.
Frustrada, me llene de demonios, lo maldije, lo herí y aleje con rechazos.
Intentó hacer que recapacitará, logrando totalmente lo contrarió.
Sin decir una palabra, se fue. No apareció mas.
Hay noches donde todo se vuelve tan oscuro y su luz falta.
Perdí a mi ángel...Y hoy estoy condenada a vivir sin él.
"Y no quiero que el mundo me vea
Porque no creo que ellos entiendan
Cuando todo está hecho para ser roto
Yo sólo quiero que tu sepas quién soy..."
Iliana Cobian
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario