Estar enamorada de un hombre que no es libre, que tiene una vida con otra mujer y a la vez conmigo, pero en silencio, es la tortura que me doblega todos los malditos días. Desde aquel momento que empecé lo que supuse sería algo pasajero, hasta hoy, no puedo quitarme el deseo de tener miles de encuentros a solas con él, imaginar que soy la única en su vida y que por mi estaría dispuesto a dejar el mundo, aunque sé que eso, es solo mi mas grande ilusión.
Todas las mañanas que despierto con el vació en mi cama, me hago jurar que no volveré a ceder, que no volveré a caer en sus brazos que me estrujan como ningún otro, que no volveré a besar sus labios que me matan, que no volveré a contemplarlo mientras duerme y anhelo que nunca se vaya de mi, pero no es así, basta una mirada suya y su trato imponente para que caiga rendida a él, contemplándolo nuevamente, sin importarme, en ese preciso momento, los miles de infiernos que pagaré por ser suya una vez mas.
Estoy jodidamente enamorada de ese hombre; que me niega ante todos, pero ante el me devora; que me prohíbe llamadas a su celular a cualquier hora; que me cita en lugares lejanos y pocos frecuentados, pero me encierra en cuatro paredes para tocar el cielo; que no me lleva de la mano en la calle, pero me sujeta fuertemente de mis caderas en la cama.
Estoy enamorada de aquel hombre que arma en mi un lió mental, que me pone entre el bien y el mal, entre guardar el secreto y no importarme mas nada, o salir huyendo y comenzar una vida alejada de él. Pero dejarlo no es tan fácil, no puedo dejar mi droga de un día a otro, la abstinencia de su sexo me hace recaer con mas adicción. Es un maldito circulo vicioso del cual un día quiero salir, pero antes me quedo mil mas.
Iliana Cobian.
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